Casarse con cabeza

CASARSE CON CABEZA

¿Estoy realmente preparado/a para casarme?

En ocasiones un impulso loco lleva a muchas parejas a tomar la decisión de casarse. ¡Están tan enamorados! ¡Y se conocen tan poco!

Sueñan con una boda maravillosa y una vida de pareja llena de diversión y romanticismo. No conciben la vida de uno sin el otro. ¡Y es normal! El amor nos nubla el entendimiento pero es infalible en algo: ESA ES LA PERSONA A LA QUE AMAMOS. No hay nadie igual en la faz de la tierra. La acabamos de conocer pero es como si la conocieramos desde siempre, incluso desde antes de que existieramos.

Puede ser que el amor se agote pasado unos pocos meses, en cuanto pasa el furor del enamoramiento. Pero supongamos que no es así, que pasada esa primera etapa de dicha hiperhormonada seguimos descubriendo en nuestra pareja un extenso repertorio de buenas cualidades que nos supone un pozo sin fondo de felicidad.

Aunque así sea, la pregunta es: ¿Estamos preparados para casarnos?

Hoy en día, la gran mayoría de las parejas conviven juntos antes de dar el paso al matrimonio. Considerándolo como un periodo de prueba donde se establecen las bases del futuro en común, esa convivencia prematrimonial es un excelente laboratorio para confirmar o desestimar la unión definitiva que se presupone en el matrimonio. Sin embargo, también puede ser una arma de doble filo. Muchas parejas, llevadas por la inercia de la vida en común, deciden casarse por pura formalidad lo que a corto o medio plazo se convierte en una fuente de problemas que les lleva de cabeza al divorcio.

Entonces tendríamos que preguntarnos seriamente que es lo que esperamos del matrimonio y si ha llegado nuestro momento de dar el paso o aún nos quedan aspectos que madurar tanto individualmente como en pareja.

¿Qué preguntas plantearme a mi mismo antes de tomar la decisión de casarme?

Empezando por uno mismo las preguntas podrían ser:

¿Puedo renunciar a las quedadas con mis amigos/as y a las fiestas sin fin?

¿Estoy realmente listo/a para comprometerme con una sola persona por el resto de mi vida

¿Soy capaz de resolver conflictos de manera efectiva y constructiva?

¿Comparto valores y metas de vida importantes con mi pareja?

¿Puedo aceptar y apoyar las diferencias de mi pareja, incluyendo sus defectos y debilidades?

Consideraciones antes de casarte

¿Qué tener en cuenta antes de casarse?

Antes de casarte, hay varias cosas importantes que debes considerar para asegurarte de que estás tomando la mejor decisión para ti y tu pareja a largo plazo.

Ten en cuenta que tendrás que hacer algunos ajustes en tu vida después de casarte, como aprender a compartir espacio y tiempo con tu pareja, tomar decisiones importantes en común y encontrar un equilibrio entre las necesidades de cada uno. También puede haber cambios en tu vida social, como pasar más tiempo con los amigos de tu pareja y menos tiempo con los tuyos.

Analizad juntos estas cuestiones puede ser un buen punto de partida para calibrar si estáis o no preparados para el matrimonio.

Compatibilidad: Asegúrate de que tú y tu pareja tengáis intereses, valores y metas similares. También es importante que tengáis una buena comunicación y seáis capaces de resolver conflictos juntos.

Expectativas: Habla con tu pareja sobre lo que esperas de la vida matrimonial. Asegúrate de estar en la misma onda en cuanto a temas como la crianza de los hijos, la gestión financiera, el trabajo y la vida social.

Dinero: Hablad de vuestras finanzas y cómo manejaréis el dinero después del matrimonio. Es importante tener un plan para manejar deudas, ingresos, gastos y ahorros.

Familia y amigos: Hablad sobre cómo manejaréis las relaciones con vuestras familias y amigos. Es importante estar de acuerdo en cómo involucrar a los demás en vuestras vidas.

Compromiso: El matrimonio requiere un compromiso mutuo para trabajar juntos y hacer que la relación funcione. ¿Hasta que punto ese compromiso es sincero e incondicional?

Vida sexual: Hablad sobre vuestras expectativas en cuanto a la vida sexual después del matrimonio. Casarse no es sinónimo de castidad, como algunos parecen creer.

Recuerda que el matrimonio es una gran decisión. ¡Tened cabeza y tomáos vuestro tiempo para decidir si estáis preparados para el gran paso!

Y si es así: ¡SED FELICES!